LA ESPERANZA DIRIGE NUESTROS PASOS Y POR ESO NO NOS DESANIMAMOS. AUNQUE EL VIENTO SOPLE VIOLENTO Y CONSTANTE, LA LUZ QUE DESCUBREN LOS OJOS DEL CORAZÓN EN EL HORIZONTE ES AÚN MÁS PODEROSA. ALLÍ DIOS NOS ESPERA. ES NECESARIO CAMINAR EN SU DIRECCIÓN SIN DEMORA.